En el mundo actual es necesario saber desempeñarse en actividades diversas, como el hablar en público, pues, aunque pareciera mentira, todo se está enfocando en la valía de cada persona para poder alcanzar sus metas, aun existiendo la tecnología que ha llegado para quedarse.
Todo, y de eso hay pruebas, tiene que ver con la capacidad de cada individuo por trabajar en pro de sí mismo. Para eso, afortunadamente, está la educación y la intención de superación por muy difícil que parezcan las tareas del día a día.
Entre las actividades y prácticas que cada quien debe emprender para alcanzar el éxito total en la vida diaria, está el saber hablar en público, una tarea sencilla pero que para muchos puede resultar una completa pesadilla casi sin fin. Hay factores personales que complican la acción, y es comprensible. ¿Lo bueno? Puede ser solventado.
Hablar en público, como sabemos, es una tarea fundamental para que una persona pueda crecer académica y laboralmente, tomando en cuenta que cada vez son más las áreas en donde debe existir una excelente capacidad de oratoria, como la docencia, el periodismo o la abogacía. De hecho, y si nos vamos al ámbito educativo, muchas veces la presentación y exposición de una tarea o trabajo es casi imperativo para aprobar.
Incluso, a nivel personal, el poder hablar en público es sumamente necesario. No es para nada agradable una persona que no sepa hacer llegar un mensaje oral, pues hay que recordar que el humano de naturaleza es sociable y por lo tanto, amerita de la comunicación para poder sobrellevar la cotidianidad.
Es algo casi común ver cómo hay personas a las que el hablar en público se les es una tarea facilísima. Nos da envidia (de la buena) ver cómo tienen la capacidad de expresarse sin problemas y lo hacen ver como lo más sencillo del mundo. Y al mismo tiempo, hay a quienes les cuesta la vida entera. Para ellos está dedicado este post.
Lo importante es saber que uno mismo puede aprender a ser un gran orador. Desde luego, nadie nace aprendido, por lo que la enseñanza y la práctica son, como dice el lema, lo que forman al maestro. Es cuestión, en tal sentido, de tener la convicción y la decisión personal de ir por más y aprender a hablar en público como todo un profesional.
De igual forma, es necesario considerar que existen afecciones que pueden ir contra el orador. Una de éstas es el temor o pánico a hablar en público, también conocido como miedo escénico. Esto es muy común y si lo padeces, no tienes por qué sentirte mal, eres parte del gran grueso de la población que padece un miedo latente al expresarse a toda voz delante cierta cantidad de personas. Las razones son varias.
Tabla de contenidos
Deja atrás al miedo escénico
El miedo escénico es una emoción muy usual, y claro, bastante desagradable y rechazable como tal. Se puede mostrar justo cuando se está al frente del público o minutos antes de salir a ello. En términos psicológicos, este temor se debe a la percepción de peligro y la creencia de que si se habla frente a un grupo, estaremos corriendo algún tipo de riesgo, como equivocarnos, hacer el ridículo y hasta promover la idea de que no sabemos de qué estamos hablando. Nada más alejado de la verdad.
¡No hay peligro alguno! De hecho, no hay riesgo en lo absoluto para creer que reaccionar al miedo nos imposibilite de expresarnos ante las personas. Todo, en lo absoluto, ronda en nuestros pensamientos y la percepción equivocada de nuestra realidad.
Es más, debes saber que el miedo no es más que la asociación al sentimiento de evitación o de huida/escape, y si haces exactamente eso, el temor, contrario a desaparecer, va a acrecentarse y será un enorme monstruo (siempre mental) que podrá controlarnos, por lo que, a la lógica, debes agarrar al toro por los cuernos, pararte firme y hacerlo con la confianza de que tú puedes con eso y mucho más.
Consejos para hablar en público
Hay varios consejos que podemos darte para que puedas cumplir con tu función de hablar en público sin que nada vaya mal y más bien apuntalado al éxito total de tu presentación. Síguelos y aprende rápidamente a desencantar ese temor paralizante que te disocia de una realidad de calma.
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Toma nota de los oradores profesionales
Este es un consejo bastante valioso. Recordemos que, como en clases, aprendemos de quien sabe. En este caso, es lo mismo. Quienes ya controlan el poder de la oratoria son capaces de dar trucos y enseñanzas que debemos, queramos o no, acatar para nuestro bienestar.
Acá es imperativo que anotes los detalles más resaltantes de quien puede fácilmente expresarse ante un público. Puede ser uno, dos o hasta tres, incluso los que desees; pues lo realmente importante es que captes todo lo que tienen para ofrecerte los profesionales de la oratoria.
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Coteja e imita a los referentes
De igual forma y una vez que hayas escogido a tus referentes de la oratoria, un consejo importante para que puedas hablar en público es que los imites o cotejes. Es una maniobra que te dará seguridad. Sin embargo, nunca olvides que será tu personalidad la que al final de cuentas dé el toque necesario para que tu presentación sea excelente.
Aquí es necesario que halles paz y tranquilidad entre tanta tribulación y te coloques en los zapatos de aquél que elegiste para ser tu guía de oratoria. Acto seguido, deberás imitarlo adoptando las técnicas que comúnmente utiliza para hablar en público.
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Práctica, práctica y más práctica
Como lo dijimos hace un momento, la práctica, en realidad, es la que hace al maestro y precisamente en este punto es necesario que la acción de hablar y de emplear la oratoria sea una actividad repetitiva y objeto de práctica permanente y constante, de lo contrario, no habrá manera de lograrlo.
Discursos, dialéctica, diálogos, monólogos; son parte de las herramientas que puedes aprender para hablar en público. De momento, y antes de tu presentación, las personas a las que puedes dirigirte pueden ser tu familia o amigos, quienes, objetivamente, deberán decirte en qué estás fallando: si vas muy rápido o muy lento, si tropiezas las palabras o si simplemente no se entiende absolutamente nada de lo que estás hablando.
Aquí, desde luego, es imperante que identifiques tus fallas de la mano de los tuyos. Esto, está comprobado, garantizará por mil veces tu éxito en la presentación. No hay otra manera de mejorar algo que aceptando los errores e internalizándolos, pues es lo que permite seguir adelante y con la mejor actitud.
Dice el profesor de oratoria de la Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR), en Caracas, Venezuela, Gastón Arana; que la expresión oral se aprende a los golpes. Nada más cierto. Pero lo realmente coherente es que de esos golpes haya un aprendizaje honesto que permita avanzar positivamente. ¡Eso queda de ti!
Trucos para hablar en público
A continuación, te daremos algunos trucos para que tu momento de hablar en público sea el más cómodo posible, sin darle espacios a la pena, vergüenza o miedo. Presta atención:
a) Nunca, pero nunca se te ocurra decir “yo no soy bueno en esto”, “yo no le hablo bien al público”, “yo no me sé expresar”, “yo soy malo”, “busquen a otro”. No. No debes. Es lo peor que puedes hacer, pues la psicología dice que estás atrayendo malos pensamientos que, desde luego, se mostrarán rápidamente en el físico. Cuidado con lo que dices, pues no es bueno que el público (ni tú, por supuesto) asuma en efecto que no sabes expresarte.
b) No pidas disculpas si cometiste alguna equivocación durante tu exposición. Es fatal, pues, a decir verdad, da pie a más errores que se pueden cometer. ¿Te equivocaste en algo? No hay problema, solo excúsate levemente con un “lo siento” y sigue adelante. Te aseguramos que nadie notará la falla.
c) Toma en cuenta las leyes de primacía y recencia, que establecen que siempre solemos recordar tanto el inicio como el final de un contenido, por lo que, claramente, estas dos partes son piezas claves que ameritan de una preparación extenuante. Más precisamente, la última frase de tu diálogo tiene gran peso, ya que será la que lleve al anhelado aplauso de tu público. ¡Trabaja en ello!
d) Habla con calma. No estás en una carrera y no tienes por qué ir acelerado. De hecho, está comprobado que el hablar rápido para finalizar lo más antes posible tu discurso demuestra par de cosas: que no estás preparado y que tienes miedo a la expresión oral. Si te sabes el material y crees que puedes con esto y más, no hay razón mayor para apurarte. Habla en paz, con seguridad, y verás que todo saldrá de maravilla cuando la ola de aplausos inunden tus tímpanos.
e) No te enfoques en una sola persona. Recuerda que le estás hablando a un público, por lo que es tu deber como buen orador el ver a quienes te están escuchando. Un truco infalible, de hecho, es no ver a nadie, sino la frente o por encima de la cabeza de los presentes, así, al no haber contacto visual, existen menos probabilidades de nervios que pueden tomar tu cuerpo y causar una temida equivocación.
Técnicas para hablar en público
Para que tu presentación vaya de la mejor manera presta atención y anota lo que consideres pertinente para tu grandiosa exposición.
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Deja atrás los nervios
Sabemos que los nervios pueden hacer presencia durante la expresión oral, por lo que es necesario que estés en la disposición de dejarlos a un lado. Sabrás que estás nervioso por la sensación de estar inquieto, junto con aumento del ritmo cardíaco y respiratorio, así como otras señales. Pero no es nada malo. Más bien, ponte en la idea de tomar eso como impulso para que tu presentación salga de la mejor manera, enfrentando, como debe ser, la situación.
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Aprende a respirar
Si los nervios se apoderan de todo y te ves imposibilitado de afrontarlos, la solución es mágica: aprende a respirar. Esto, en todo caso, te traerá al momento presente y desde luego, te va a tranquilizar y relajar. Para ello, simplemente respira diafragmáticamente y siente como todo comienza a encausarse.
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Dale rienda suelta a la imaginación
Imaginar también es un buen antídoto para los nervios y para hacer de la expresión oral un verdadero paseo. Nuestro cerebro es increíble y entre sus magnificencias está el no poder distinguir, a veces, la realidad de la ficción. Por ello, es bueno hacer un ejercicio de imaginación donde se nos vea hablando en público excelentemente, de manera que ya nuestro principal músculo no perciba como una situación novedosa cuando por fin estemos al frente de esas personas ansiosas por escucharnos.
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¡Cree en ti!
No dejes de creer en ti. Incrementar tu seguridad en tu pulso es algo imprescindible para que todo fluya como tiene que fluir, por lo que es imperioso que trabajes en acrecentar la autoconfianza y saber que tienes las capacidades físicas y mentales para lograr que el discurso que estás a punto de exponer salga exitosamente.
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Cero autocríticas negativas
Mucha atención a esto, pues está bien equivocarse; lo que está mal es auto infligirse críticas que lastimen la autoestima propia. Recuerda que el público no se va a enfocar en ti, sino en tu discurso, por lo que tu tarea siempre será transmitir efectivamente el mensaje que cargarán tus palabras.
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Genera un buen ambiente
Otra técnica imprescindible es la de generar o crear un ambiente simpático con tus escuchas. La buena vibra, como se le conoce, es un elemento sumamente relevante para que el discurso sea exitoso. Para ello es factible la práctica de la empatía y de la honestidad, dejando claro que quien está hablando no es más que un ser humano preparado y dado a expresarse coherente y apropiadamente.
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No olvides ser tú mismo
Y justo en esa línea, vamos a cerrar este post con la técnica especial de ser tú mismo. La sencillez y claridad, así como la facilidad, son elementos sumamente relevantes que le darán mayor impacto a tu discurso, sobre todo porque permitirá al público comprender que, ante todo, quieres expresarte con toda la naturalidad posible y sí, ¡eso está bien!
¡Mucha suerte!